¿Qué es la lipidosis hepática felina?

 

La lipidosis hepática felina es una enfermedad muy frecuente en gatos domésticos. Es una acumulación anormal de grasa en el hígado que puede ser desencadenada por diferentes causas: diabetes mellitus, enfermedades que conllevan carencias nutricionales (pancreatitis, hepatitis, inflamación intestinal crónica, etc.) o cualquier factor emocional que provoque un periodo de anorexia variable.

 

En la lipidosis hepática felina hay una movilización de los depósitos grasos del organismo y como consecuencia se produce una llegada masiva al hígado de ácidos grasos que quedan allí acumulados. 

 

Algunas de las causas emocionales capaces de provocar anorexia en los gatos y como consecuencia, desencadenar esta enfermedad:

  • Muerte o separación de sus seres queridos.
  • Abandono.
  • Hospitalización en una clínica por otras causas.
  • Ingreso en una residencia felina durante las vacaciones familiares.
  • Llegada de nuevos animales o humanos a la familia.
  • Celos de otros animales.
  • Vacaciones familiares cuando el gato se queda solo en casa.
  • Cambio de domicilio.
  • Cualquier otra causa capaz de producir anorexia prolongada.
  • Aislamiento del gato por parte del propietario en una zona de la casa debido a problemas de comportamiento: eliminación inadecuada, agresividad, arañazos, etc.
  • Cambios de rutina: no se le deja salir cuando antes lo hacía, los humanos ya no juegan con él como antes, los dueños pasan la mayor parte del tiempo fuera de casa, etc.

Principales síntomas que observamos:

  • Adelgazamiento
  • Anorexia
  • Vómitos.
  • Ictericia (coloración amarillenta de las mucosas y piel).
  • Deshidratación.
  • Algunos animales pueden presentar síntomas de encefalopatía hepática con depresión, estupor y salivación.
  • En los casos más graves, la lipidosis hepática felina puede desembocar en coma y muerte del animal.

 

En estos casos, la rápida intervención del veterinario y la colaboración del dueño son primordiales, ya que la alimentación forzada se hace imprescindible para evitar que se acumule más grasa en el hígado.

Caso clínico de la gata Chispi con lipidosis hepática felina.

 

Chispi es una gata de trece años que acudió a la consulta a mediados de septiembre de 2009, con anorexia, vómitos, deshidratación e ictericia (coloración amarilla de la piel producida por un exceso de bilirrubina). La cara interna de sus orejas tenía un intenso color amarillo. Había perdido mucho peso en las últimas semanas. Siempre había sido una gata con sobrepeso y ahora se le notaban las costillas.

Convivía desde hacía tres años con una perrita y desde hace apenas unos meses con un perro muy nervioso, de raza Yorkshire. A partir del verano comenzó a comer considerablemente menos, pero su dueña lo achacó a que es muy melindrosa y tiquismiquis con la comida.

La ecografía mostraba un hígado infiltrado con grasa. La analítica confirmó que tenía un serio problema hepático. Su dueña la describía como arisca, desconfiada y en ocasiones agresiva. En condiciones normales no se habría dejado examinar en la clínica, y sin embargo, debido a la gravedad de su enfermedad, se mostró impasible cuando le saqué sangre para la analítica. La dueña no relacionaba ningún suceso traumático ni estresante previo a la anorexia.

Durante las vacaciones de verano, los dueños y los dos perros que tienen, se fueron a su pueblo. La gata se quedó en casa al cuidado de uno de los hijos, como había sucedido en otras ocasiones, el cual advirtió que el animal apenas comía. Cuando le pregunté qué tal había aceptado Chispi la llegada del nuevo cachorro, me dijo que le bufaba cuando se acercaba a él y que seguramente tenía envidia.

¿Cómo traté la lipidosis hepática felina de Chispi?

 

Utilicé una selección de Flores de Bach, muy útiles para la esfera emocional.

 

HOLLY. Por su carácter arisco y agresivo y por los celos que sentía hacia el perro, aunque en el momento de la consulta fuera dócil debido a lo mal que se encontraba.

BEECH. Porque sentía rechazo hacia el nuevo cachorro, aunque conviviera en aparente armonía con él. Además tenía vómitos frecuentes, que también son un síntoma de rechazo.

WILD ROSE. Por su extrema apatía y abandono.

Wil Rose en lipidosis hepatica felina

Wild Rose

 

ROCK WATER. Porque no aceptaba fácilmente los cambios y por su inflexibilidad respecto a la comida. Cuando estaba sana sólo quería una determinada marca de alimento y si le ofrecían otra diferente se negaba a comer a pesar de ser muy tragona.

CRAB APPLE. Para ayudar a su hígado a liberarse de la grasa acumulada.

STAR OF BETHLEHEM. Porque seguramente hubo un suceso traumático que le produjo la anorexia. Además, meses antes había llegado a casa un nuevo cachorro, que seguramente le afectó a nivel emocional. También se debió sentir abandonada cuando sus dueños se fueron de vacaciones con los perros y la dejaron en casa.

Y llegó la recuperación de Chispi…

 

Uno de los días que vino a revisión me alegré de que intentara morderme al sacarla de la jaula. Aunque no es nada agradable ser mordido por un gato, el hecho de que se mostrara hostil conmigo ¡¡¡significaba que se estaba recuperando !!! ya que ese era su carácter habitual.

Chispi tardó un mes y medio en curarse. Dos meses después ya recuperada de su problema hepático su dueña me llamó para contarme que un día había vomitado muchísimo. Habían recibido visitas en casa y se pasó todo el día enfadada y bufando. Incluso había mordido a la dueña, por lo cual fue encerrada en una habitación.

 

La rabia, la hostilidad y los celos son emociones negativas que afectan directamente al hígado y éste a su vez tiene una relación energética con el estómago.

 

Esto explica la aparición de los vómitos que tuvo después de disgustarse porque había llegado gente extraña a su casa y porque además había sido castigada.

 

ico-multiflower

 

Este caso clínico es otro ejemplo de medicina veterinaria integrativa. Además de utilizar Flores de Bach (decisivas para el control emocional) se abordó la enfermedad del gato desde varios frentes:

  • Rehidratación y corrección del desequilibrio electrolítico.
  • Alimentación forzada en la clínica y posteriormente en el domicilio por parte del propietario.
  • Administración de fitoterapia, vitaminas, aminoácidos.
  • Suplementos de Stangest (Anima-Strath, Hepa-T-Detox, Cardio I).
  • Remedios homeopáticos con tropismo hepático.

 

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